Chocolates fuera del alcance de Joonas, El establo en Purtse, 2009
Comer sano, superar dificultades, relajarse simplificando la vida, tranquilidad, silencio, recato, deteccion precoz o cuidados profilacticos, hacer ejercicio, algo de buena suerte, asistencia medica profesional, terapias complementarias, apoyo, dedicacion, acompanamiento, buenos amigos, alejarse por completo del cigarrillo, y en resumen vivir una buena vida.
Casi todo posible. Aveces el cancer nos despierta del letargo de la vida comoda y el sinsentido pero no deberiamos necesitar una tragedia para vivir bien. En los ultimos anos muchas personas que conocemos y queremos han sufrido de cancer. Las historias tragicas abundan y nos hacen tambalear en la propia lucha, la de Jaan y de esta familia que ha tenido una leucemia que enfrentar. No hay victorias definitivas sino pequenos logros que tenemos que apreciar. Unos meses mas de vida, tratamientos que nos dan esperanza, aprecio por lo cotidiano, emociones renovadas, desprendimientos positivos. Hay cosas que agradecer, que sigue vivo hoy, y esperemos que por mucho tiempo, el suficiente para tener experencias gratificantes, para crear recuerdos felices.
Todos podemos vivir mejor
En los burdeles de Venecia tambien se daba de comer. Alli como tentempie se creo el famosisimo tiramisu, por los anos 50. Aqui hablamos de la receta de Emil, de cuando cocinaba (durante la adolescencia los intereses se suspenden...). Hoy les recuerdo lo facil que se hace, para endulzar este fin de semana y vivir mejor:
Huevos, azucar y mascarpone mezclados con fuerza hasta espumarlos (separadamente). 4 huevos, 200g de azucar, y 500g del queso. Homogenizar a mano. Las galletas deditos (lady fingers/savoiardi/soletillas) se remojan en cafe con licor de almendra o amaretto, al gusto, y se comienza a organizar el postre en capas. Se refrigera y se pone al servir con cacao espolvoreado por encima o chocolate en trocitos. A mi me gusta con ambos y el chocolae con naranja. Jaffa! Lo voy a hacer manana para todos, por la vida de Jaan, de Veronica, de mi papa, y todos los que con tanta dignidad han vivido esta enfermedad, y los que los hemos acompanado.
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